El 2015 fue sin duda un muy buen año para las producciones nacionales. Las nominaciones de El Club (2015) en la categoría de Mejor Película en lengua no inglesa en los Globos de Oro, y de Historia de un Oso (2014) como candidata a Mejor Corto Animado para la 88ª versión de los Premios Óscar, ciertamente hablan de un prolífico año para el cine nacional, con claras proyecciones internacionales. Por otro lado, la cartelera durante el 2015 contó con una serie de aclamados largometrajes y documentales, y si a esto se suman los 10 años que cumple el Centro Cultural La Moneda y el Archivo de la Cineteca, hay varias razones para celebrar en grande.
A partir del viernes 22 de enero y hasta el domingo 6 de marzo se exhibirá una variada colección de producciones nacionales en el marco del 6º Festival de la Cineteca Nacional, y la oferta es notable. La Cineteca se encarga de entregar un amplio repertorio de lo mejor del cine nacional del 2015, pero también, se brinda al público la posibilidad de disfrutar de algunas joyas del cine chileno e internacional en el contexto del aniversario, de algunos preestrenos e incluso de proyecciones al aire libre. La idea es que todos disfruten del buen cine, es por esto que algunas obras se mostrarán en plazas y también en la red de salas asociadas a la Cineteca en regiones.
En cuanto al recuento del pasado año, tanto en ficción como en documental, la selección evidencia lo prolífico que fue. Esta línea del evento cuenta con 15 producciones, dentro de las cuales los documentales ocupan un lugar privilegiado: La Once (2014) y Chicago Boys (2015) —que también se exhibirán en el 40° Festival de Cine UC— gozaron de varias semanas en cartelera durante el año pasado y ocupan un destacado lugar en la muestra. El Botón de Nácar (2015) y Surire (2015) quizá emparentadas en temática, son un innovador ejemplo de las posibilidades que el género entrega, y desde una vereda más tradicional en cuanto a las formas documentales Escapes de Gas (2014), Crónica de un Comité (2015), y Habeas Corpus (2015), son excelentes entregas nacionales, entre otros.
La ficción, presente sin duda alguna con grandes exponentes, por un lado la ya mencionada El Club (2015) y El Bosque de Karadima (2015) abordan temáticas contingentes con aproximaciones al thriller psicológico, teniendo ambas una muy buena recepción durante el pasado año. Por otro lado, el drama contemporáneo e interpersonal está presente con La Memoria del Agua (2015) y La Mujer de Barro (2015). A este panorama se agregan Naomi Campbell (2013) y El Nombre (2015), estas últimas son producciones renovadoras tanto en temáticas como en formas de hacer cine, y merecen sin duda un destacado lugar en esta instancia.
Ahora, la franja de los preestenos ofrece 6 films nacionales de variadas temáticas, tanto en ficción como documental. Los títulos en ficción abren fuegos con Los Soles Vagabundos (2015), que cuenta la historia de un enigmático extranjero en Valparaíso y de Florencia, quien se encarga de poner en jaque las intenciones de este hombre. Por su parte, Ventana (2015) de Rodrigo Susarte retrata la intención resuelta de 5 sujetos de terminar con sus vidas en la playa del mismo nombre, siendo un crudo drama sobre la soledad, el desarrollo y la modernidad. Desde el punto de vista de su género el primer largometraje de Alejandro Torres —también exhibido en la 12ª versión de SanFIC— El Tila: Fragmentos de un Psicópata (2015), resulta muy interesante al abordar un tópico que no es común en las últimas producciones nacionales, se encarga en clave biográfica de contar el crimen cometido en primera persona, pero también desde el punto de vista de un personaje que pretende llegar al fondo del asunto.
Los documentales en esta línea no corren una suerte distinta, se trata de tres obras tan interesantes como diversas. En primer lugar, Te Kuhane o te tupuna (2015) de Leo Pakarati relata la historia de aquellos objetos ancestrales Rapa Nui que han ido a parar a otras latitudes, y no han sido restituidos desde la mirada de Mika y su abuelo Bene. Atrapados en Japón (2015) de Vivienne Barry utilizando la técnica del stop motion y del montaje de imágenes antiguas se hizo merecedora del Pudú al mejor largometraje chileno en el Festival de Valdivia 2015, con el testimonio familiar de su padre que conformaba un grupo de periodistas atrapados en Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Por último, El Gringo Rojo (2015) de Miguel Ángel Vidaurre, trata sobre la relación con nuestro país del multifacético alemán Dean Reed, un relato tan interesante como inexplorado hasta ahora.
Finalmente, en el marco de la celebración de los 10 años del archivo de la Cineteca, los trabajos que se exhibirán son excepcionales. En primer lugar, la inauguración del Festival estará a cargo de una muestra en la Plaza de la Ciudadanía del rescatado film Canta y no llores corazón (1925) de Juan Pérez Berrocal, acompañado de música en vivo interpretada por la pianista chilena Marcela Lillo. No solo de producciones chilenas de antaño se compone esta serie, sino que también de obras aclamadas a nivel internacional, en las que destaca Algol (1920) de Hans Werckmeister, obra que se creyó perdida, emparentada en logros con trabajos de la talla de El Cabinete del Doctor Caligari (1920) y Metrópolis (1927).
Indudablemente se trata de una completa programación, de interesantes recuentos y estrenos para lo que viene el 2016. Por otro lado, es imposible no destacar el hecho de que este Festival es sumamente consiente de la importancia de que el cine esté al alcance de todos, la proyección gratuita de varias películas en varias plazas de Santiago, sumada a esta variada cartelera, permiten concluir que se tata no solo de un excelente panorama de verano, sino que también, una muy buena forma de celebrar y fomentar el patrimonio fílmico nacional.El Guillatún