Todos hemos visto comedias románticas, quizá más de una en una tarde libre, en el trasnoche de algún canal de cable, en una cita o como panorama de fin de semana. También es muy posible que más de alguno haya caído en la tentación de revisar —o destrozar— la trama de cierto exponente, e incluso llegar a declararse en franca guerra contra el género, tal cual como lo hace Víctor Téllez, protagonista de la coproducción argentino chilena El Crítico (2014).
El primer largometraje del realizador argentino Hernán Guerschuny cuenta la historia de Víctor, un crítico de cine que sumido en la gran intelectualidad de alguien que goza cierto prestigio en su área, debe enfrentarse a un desafío mayor: escribir un guion de cine. En dicho cometido, se somete a una revisión de lo que cree no solo sobre las comedias románticas, sino que también sobre el amor.
Víctor piensa en francés y La Maladie du Cinéma es el padecimiento que lo aqueja, esto es una especie de maldición pesimista de un conocedor del cine, soberbio y rígido, que juzga todo aquello que no se ajusta a un ideal intelectual clásico y elevado. Recientemente divorciado, hundido en la soledad y desde las salas de cine, su blanco predilecto son las comedias románticas. Cree que abusan de una fórmula repetida, pero bastante exitosa: «una serie de encuentros casuales, ella que sale de la nada, se le agrega una serie de personajes secundarios grotescos, violines, un desencuentro, lluvia, mucha lluvia, corren —no sabemos por qué pero siempre corren— para terminar con un beso empalagoso».
Inmerso en la tarea de escribir un guion, y en la búsqueda de un nuevo departamento conoce a Sofía, una chica con un acento extraño que llega a remecer la realidad de Téllez. Ambas situaciones lo ponen entre la espada y la pared entre sus profundas creencias y lo que vive, hasta que se confiesa «atrapado en un género al que no pertenece». Escribe la historia de un profesor de literatura envuelto en un triángulo amoroso, que misteriosamente, va tornándose muy similar a su historia con Sofía.
Desde el punto de vista de la temática, El Crítico presenta una serie de asuntos que son siempre bastante interesantes, por un lado la visión del crítico insoportable que cree que el cine está muerto y que ya nada es como antes, y por otro, esa vibra que trasmite al ser una película que mira al cine desde adentro, no solo mostrándolo, sino que también reprochando sus particularidades de una forma muy novedosa. También, el hecho de ser una comedia romántica argentina contemporánea, es un aporte novedoso y refrescante a la cartelera veraniega.
En cuanto a la realización del film, destacan especialmente las actuaciones de Rafael Spregelburd como Víctor, y de Dolores Fonzi en el rol de Sofía. Los actores se ven cómodos en el género e interpretan con brillo ambas partes, en especial, si se considera que se trata de una comedia romántica satírica, donde un mal desempeño actoral contribuiría enormemente a la confusión de la audiencia y a la pérdida de credibilidad en la trama. A pesar de esto último, la suerte de algunos personajes secundarios muy bien situados como instrumento narrativo, queda en algunos pasajes, descuidada en función de la historia principal.
Otro punto fuerte en la propuesta de Guerschuny se encuentra al comienzo del film: el uso del francés en la mente de Víctor Téllez, las imágenes en blanco y negro y la dinámica de los primeros minutos parecen bastante innovadoras y permiten entender cuál será el tono general de la película. Aquello podría haber tenido una mayor fuerza a lo largo de todo el film, pero el uso de la luz y de ciertos planos resultaron mezquinos desde el punto de vista narrativo, quitándole frescura y vitalidad a la comedia.
En cuanto al guion y recursos narrativos, el humor negro y la sátira de la comedia romántica desde la misma comedia romántica son parte del sello distintivo de esta película. Sin embargo, algunos giros de la historia al final del film nos recuerdan la fragilidad de este género, donde en este intento por desmenuzarla termina por perder el rumbo y adquirir algunos tintes de drama innecesariamente.
A pesar de aquellos ripios, El Crítico se encarga de una labor que no muchas veces es grata, esto es el reproche de la supuesta intelectualidad del cine. Téllez con gran soberbia señala que su rol es ser un intermediario entre la obra y el espectador, de modo que éste pueda distinguir entre una obra de arte y un producto menor.
Resulta que El Crítico es en algún modo una película emparentada con ciertos films de Woody Allen, en especial con Scoop (2006) pero también y quizá más claramente, con Magic in the Moonlight (2014), siendo el personaje de Spregelburd muy similar a lo que interpreta Colin Firth. En especial por el hecho de que a pesar de tener muy claras algunas determinaciones intelectuales, ceden ante los encantos de su coprotagonista, y dejan atrás lo que pensaban como establecido.
Actualmente se encuentra en cartelera en la Cineteca Nacional y en el Centro Arte Alameda, y es una alternativa recomendada para quienes buscan un poco de humor en la cartelera. Es cierto que se trata de una comedia romántica, pero no es otra tonta película de amor, sino que va un poco más allá y desde la sátira nos enseña que muchas veces el disfrute de lo simple, cliché, y repetido de la vida, resulta ser la fórmula perfecta.El Guillatún