La presente columna es para hablar sobre un disco en particular: Mama Rosa (2009) de Brian Blade, a primera escucha un trabajo hermoso y sencillo de un tinte folk contemplativo, realizado por un songwriter de sensibilidad, como los hay muchos… pero ¿quién es Brian Blade? Estamos hablando de uno de los mejores bateristas de jazz del último tiempo, con una trayectoria de más de dos décadas que incluye colaboraciones con músicos como Joshua Redman, Wayne Shorter, Herbie Hancock o Bill Frisell, su propio proyecto llamado The Fellowship Band; además de trabajos de músico de sesión en discos de insignes cantautores como Bob Dylan (el espléndido Time out of mind, de 1997) y Joni Mitchell (en su concierto Painting with words and music de 1998, Blade se roba el DVD). Y es en esto último donde me detengo a hacer la conexión y averiguo leyendo entrevistas en la web que Mitchell es una de las grandes heroínas e influencias de este músico; quién mantuvo por años guardada su afición por la composición de canciones a guitarra y voz.
La historia de Mama Rosa, un disco cargado de autobiografía, referencias familiares (Rosa es la abuela de Blade) espiritualidad y temáticas religiosas (seguramente debido a su crianza como músico de iglesia); comienza a fines de los años noventa, cuando el afamado baterista toma la guitarra y comienza a registrar en forma casera en una grabadora de 4 pistas sus primeros intentos como cantautor. Estas grabaciones se mantuvieron privadas hasta que pasado un tiempo se atrevió a mostrárselas a su amigo Daniel Lanois (reconocido productor canadiense que ha trabajado en discos de U2, Bob Dylan y Peter Gabriel, entre otros), quién lo animó a registrar el disco y terminó colaborando en él en producción y guitarras.
Viéndolo desde mi óptica me cuesta pensar, pero sí puedo imaginar, la idea de relegar el trabajo de componer canciones a una especie de hobby, siendo un reconocido instrumentista de jazz y requerido sesionista. Quizás una especie de recreo, un alivio, pero aquí Brian Blade deja el virtuosismo de su instrumento principal y se convierte en un fino guitarrista acompañante (gran parte de las guitarras fueron grabadas por él, incluso algunas tomas de los primeros demos quedaron incluídas) y en una revelación como cantante, una suave voz negra que en parte suena como una prolongación de las líneas melódicas ya expuestas en sus composiciones instrumentales para los discos de The Fellowship Band (su proyecto personal como baterista); cualidades que se pueden apreciar en esta sesión registrada el año 2013 en Chicago Music Exchange.
Este es un disco al que le tengo mucho cariño, se mantuvo por mucho tiempo en mi reproductor de mp3 y me fue presentado hace algunos años por un amigo jazzista en medio de una típica conversación sobre músicos de ese estilo, como la rareza que es. Se ha transformado para mí en un anhelo inalcanzable, llegar a transmitir esta sensación de calma y sabiduría en un conjunto de canciones como lo hace Brian Blade. En lo personal, me cautivaron las armonías de canciones como «At the centerline» y la encantadora simpleza de «Mercy Angel» y «Her song», esta última con un guiño (por no decir similitud) en la intro a «Thank you» de Led Zeppelin.
Les invito entonces a escuchar el disco Mama Rosa, y créanme que les hará grata compañía por mucho tiempo y preguntarse ¿No habría sido un crimen mantener guardadas estas canciones para siempre?El Guillatún