La evaluación de un año teatral ha de considerar la actividad en su conjunto y observar las expresiones más destacadas. En arte lo más significativo es la búsqueda de nuevos lenguajes y temas, pero su real valor se aprecia sólo en la perspectiva de varios años; obras que en su estreno pasan desapercibidas pueden ser el comienzo de una búsqueda que da reales resultados en años posteriores, y grandes éxitos del momento se olvidan en poco tiempo. Por eso, una mirada de conjunto al año teatral ha de considerar el movimiento amplio del teatro, expresado en los festivales y también observar algunos hitos destacados, aunque ello no signifique establecer rangos.
Festival Internacional Santiago a Mil
Desde hace ya varios años, el Festival Internacional Santiago a Mil es un impulso para el desarrollo del teatro nacional. La participación de destacadas compañías extranjeras, con obras muchas veces innovadoras que proponen nuevas técnicas y perspectivas, permite revisar objetivos y establecer nuevas metas. Los directores invitados presentan sus técnicas en talleres para artistas del teatro y exponen sus puntos de vista en charlas abiertas a todo interesado.
El Festival Santiago a Mil ha contribuido también a la internacionalización de nuestro teatro. Por una parte los mejores artistas extranjeros invitados dejan huella y por otra parte, el festival ha creado una herramienta eficaz para favorecer los intercambios internacionales. Es lo que este año se llamó Platea 15 y antes fue la Semana de Programadores, encuentro en el que directores de centros de artes, de organismos culturales públicos o privados y programadores de muchos países, toman contacto entre ellos para afianzar el sistema general de los festivales y llegar a acuerdos con compañías para su participación en giras o en los festivales que ellos dirigen. Ver Santiago a Mil sólo como un conjunto de espectáculos del mes de enero es una mirada incompleta.
Muestra Nacional de Dramaturgia
Importante fue también este año 2014 la Muestra Nacional de Dramaturgia. La dirección de Manuela Infante puso énfasis en la posibilidad de dar diferentes concreciones teatrales a un mismo texto seleccionado en el Concurso Nacional de Dramaturgia. Hecho inédito que dio excelentes resultados por la libertad con que se pudo actuar y por el estímulo a la creatividad. Si bien la muestra es de dramaturgia, las distintas interpretaciones teatrales de los textos, potenciaron sus posibilidades escénicas. Por ejemplo, la obra Hilda Peña de Isidora Stevenson, tuvo tres interpretaciones, una con un juego espacial creado por Los Contadores Auditores, otra, una filmación de la obra como monólogo interior interpretado por la actriz Amparo Noguera, y otra en que ese monólogo fue interpretado con una intensidad sobrecogedora por Paula Zúñiga dirigida por Aliocha de la Sotta.
Otros festivales en Santiago
Todo un fenómeno de crecimiento ha sido el Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano, «EnTePoLA», en el que se presentan compañías no profesionales venidas de todo el mundo y comparten sus experiencias. También ha alcanzado relevancia «Santiago Off» que acoge a conjuntos no seleccionados para los grandes festivales. Este año se realizó el «Primer Encuentro Internacional de Butoh». A ellos se unen el «Festival de Teatro de Verano en La Reina» y el «FamFest», festival de teatro familiar.
Festivales en regiones
Los «Temporales Teatrales de Puerto Montt» tienen ya larga y exitosa trayectoria, el «Festival Lluvia de Teatro» en Valdivia, el «Festival de Artes Cielos del Infinito» en la región de Magallanes, el «Festival Nacional de Teatro de Invierno» de Calama, la «Erupción Teatral de la Araucanía», y el «Festival Teatro Container» de Valparaíso muestran la vitalidad del teatro regional.
40 años del Teatro Imagen
Sin ser un festival, el ciclo de celebración de los cuarenta años del Teatro Imagen dirigido por Gustavo Meza, fue un justo homenaje a una compañía y a un director que han tenido una profunda influencia en el desarrollo del teatro nacional. En el ciclo se repuso por su elenco original de hace 26 años la obra Cartas de Jenny, y con algunos cambios El último tren, La Reina Isabel Cantaba Rancheras y la obra de Marco Antonio de la Parra Lo Crudo, lo Cocido, lo Podrido.
Primer encuentro de Teatro Butoh, Cruces y Miradas Reflexivas
El Butoh es una disciplina en parte teatro y en parte danza. Ha sido una expresión de vanguardia que nació en Japón y se ha extendido por el mundo. Este año la compañía Ruta de la Memoria, dirigida por Natalia Cuéllar, organizó un Primer encuentro Internacional que trajo a la maestra japonesa Makiko Tominaga con su obra En silencio, al maestro japonés Katsura Kan, con su obra Time Machine, y a las artistas Susana Reyes de Ecuador y Rhea Valij de Argentina. Chile estuvo representado por la compañía Ruta de la Memoria de Natalia Cuéllar, Auca Butoh de Carla Lobos, Fuchen Butoh de Concepción que presentó un Butoh con temática araucana, y por Lobsang Palacios y Andrés Gutiérrez.
Algunas destacadas obras extranjeras
Entre las obras extranjeras que tuvieron una alta valoración están Opening Night, o Noche de Estreno, basada en la película del mismo nombre de John Cassavetes y dirigida por el holandés Ivo van Hove. La forma en que une técnicas del cine y del teatro y su interpretación de lo que es la calidad artística son notables.
Desde el punto de vista de la experimentación, la obra más radical fue Stifters Dinge en la que el autor alemán Heiner Goebbels, hizo no sólo una obra sin palabras sino incluso llegó a hacerla sin actores. El protagonismo lo tuvieron la música y la tecnología digital. Ruidos, voces que susurran canciones con resonancias antiguas, sonidos de instrumentos desconocidos, objetos e instrumentos que parecen moverse solos, conforman una obra que no intenta presentar una historia sino producir sensaciones inquietantes.
Otra obra que ha quedado grabada en el recuerdo es Ciudad Edipo en la que el director alemán Stephan Kimming toma escenas de obras de Esquilo, Sófocles y Eurípides, les da una línea de unidad y aplica técnicas del teatro de vanguardia.
Como un vuelco en lo que es el teatro moderno, la obra del director de Letonia Alvis Hermanis, Shukshin’s Stories nos hizo admirar lo que es un teatro directo, con historias muy humanas, sin complicaciones intelectuales y en las que el centro es la actuación de los actores. Esa vuelta a un teatro en que el actor busca la mayor naturalidad hasta parecer que no actúa, fue una refrescante experiencia.
Obras nacionales
El director Cristián Plana dio una nueva muestra de su poética del silencio y la plasticidad en la obra Paso del Norte, versión teatral respetuosa del texto del cuento de Juan Rulfo. Con escasos movimientos, ritmos lentos, sonidos que entraban suavemente y un espacio escénico de cuidada plasticidad, concretó en el escenario las imágenes que Rulfo expresó con palabras. Cristián Plana y sus actores nos hicieron percibir lo que es la pobreza de los pueblos del norte de México, el papel que juega el calor, la soledad y la destrucción que esas condiciones de vida van produciendo en las personas. La actuación del actor Rodrigo Pérez, desde su silencio y con el mínimo de movimientos bajo el gran sombrero blanco que lo cubría, mostró lo que puede hacer un gran actor en un papel en que casi no tiene parlamentos.
Gran impacto causó en el público que la vio en el Teatro La Memoria, la obra Acceso del director de cine Pablo Larraín y del actor Roberto Farías. Trata un tema central del debate político y social de este año, el acceso a la educación. La obra presenta las consecuencias de la falta de acceso a una posibilidad real de superación, y el papel negativo que tienen las instituciones públicas y privadas que por misión deben ofrecer caminos de recuperación. El actor Roberto Farías recrea con verdad la rabia que queda dentro cuando hay que aceptar lo inaceptable.
Aunque su estreno fue el año anterior en el Anfiteatro del Museo de Bellas Artes, la presentación de Otello en el Teatro Municipal de Las Condes durante Santiago a Mil dio a esta obra de Jaime Lorca y Teresita Iacobelli su real relevancia. Con gran creatividad ellos dos interpretan todos los papeles, a veces los actúan, otras manejan sólo cabezas, trajes, piernas y como con magia de ilusionistas nos hacen creer que todos esos personajes están en escena.
En una línea diferente, más realista, la obra Por sospecha, de Luis Rivano, nos hizo comprender que lo que parecía referirse a dos ladrones de un barrio popular, había sido una muy valiente denuncia sobre los procedimientos policiales que empleaban los servicios de inteligencia hacia el año 1980, el año de su estreno. La dirección de Carlos Huaico destacó con sobriedad los aspectos dramáticos de la obra.
Sería necesario mencionar otras obras y señalar rasgos que las caracterizaron, pero este balance se extendería demasiado. Lo que importa destacar es que el teatro nacional tiene energía, busca cauces para su desarrollo, indaga por diferentes caminos y expresa los problemas que inquietan a nuestra sociedad.El Guillatún