El repertorio de la guitarra clásica chilena ha sido nutrido de gran manera por compositores nacionales a lo largo del siglo XX y del XXI. Compositores guitarristas y compositores no-guitarristas han creado diversas obras que se caracterizan por presentar una gran variedad de estilos determinados por las diversas personalidades y escuelas que influencian a cada uno de estos músicos. Esto determina que el repertorio sea variado y rico en estilos; al mismo tiempo, esto hace que sea inmensamente difícil definir lo que es la guitarra clásica chilena, ya que el concepto puede terminar en reducciones que dificultan el entendimiento de un repertorio que justamente se caracteriza por su diversidad. Personalmente veo en esto una ventaja que permite a nuestros creadores una gran libertad a la hora de crear, ya que no hay ataduras estilísticas y estéticas preconcebidas, ya que cada uno de ellos puede verter su individualidad en la obra. Por esta razón, y en algo que puede ser bastante apropiado en este mes, les dejó una serie de obras de distintos compositores chilenos que en cierta medida puede representar la diversidad a la que me refiero en las líneas anteriores.
Juan Antonio Sánchez (Chicoria) – «Tonada por Despedida»
Pocos compositores pueden dar cuenta de cómo una obra ha ingresado con tanta rapidez y sustento al repertorio guitarrístico como la Tonada por Despedida de Juan Antonio Sánchez, pieza que es continuamente interpretada en conciertos. Su hermosa melodía, certero manejo de estructuras, y la explotación de recursos tímbricos tales como el rasgueo y percusiones, son algunas de las razones de este éxito. Sumado a la utilización de disonancias de manera sutil y adecuada, Sánchez construye una pieza breve de gran belleza y profundidad.
Javier Farías – «Sonata para Guitarra»
Quizás el más internacional de nuestros compositores para guitarra, actualmente radicado en Estados Unidos, y director-fundador del Ensamble de Guitarras de Chile. A través de los años ha desarrollado un lenguaje muy personal influenciado por elementos folclóricos, de tradición académica, e incluso del flamenco. Su Sonata para guitarra es una obra de gran complejidad que fue premiada con el primer premio en el concurso internacional de composición Michele Pittaluga, en Italia. No obstante, gran parte de las particularidades estilísticas de Farías se encuentran contenidas en la serie 24 estudios para guitarra. Estas obras logran combinar dos aspectos; por un lado el objetivo técnico de algún aspecto determinado; y por otra, un desarrollo del material interesantísimo que permite que estos estudios sean perfectamente incorporados en un programa de concierto.
Gustavo Becerra-Schmidt – «Sonata 4» / «Las Pascualas»
Maestro de toda una generación de compositores nacionales entre los que se cuentan Cirilo Vila, Fernando García, entre muchos otros. La guitarra siempre encontró en Becerra un compositor que la veía como una gran posibilidad de desarrollar su creatividad, elemento que puede apreciarse en las cuatro sonatas compuestas para el instrumento, a lo que se suman obras de cámara y otras de un lenguaje más tonal como Las Pascualas. En este caso, el guitarrista chileno Marcelo de la Puebla interpreta la Sonata 4 para guitarra.
Antonio Restucci
Otro gran intérprete-compositor que ha compuesto e interpretado diversos estilos a lo largo de su carrera. Reconocido como un gran improvisador en guitarra y mandolina, también es un versátil compositor que paulatinamente ha logrado una penetración en el mundo de la guitarra clásica gracias a que destacados intérpretes nacionales han incluido sus obras en recitales. Un ejemplo de esto es su obra Arrayanes, en este caso interpretada por José Antonio Escobar en el disco dedicado a la música chilena del sello Naxos.
Mauricio Arenas
Compositor chileno radicado en Francia, cuyo Concierto para guitarra y orquesta acaba de ser estrenado por la Orquesta Sinfónica de Chile y el guitarrista Luis Orlandini. Su obra Hechizos, fue estrenada por Oscar Ohlsen en el Festival de Música Contemporánea de la Universidad Católica, y grabada por el guitarrista nacional Carlos Pérez en su disco Música Nueva. Esta obra premiada en el concurso de composición Andrés Segovia, presenta una forma A-B-A en la que una sección calma, introductoria, da paso a una sección enérgica y rítmica, en la que la guitarra despliega todo su potencial. Es quizás una de las obras de larga duración más interesantes compuestas para el instrumento por un creador chileno, tanto por el manejo de la forma, como por la explotación natural de los recursos tímbricos.
Violeta Parra
Pocos lo saben, pero nuestra gran compositora nacional compuso una serie de obras para guitarra sola denominadas Anticuecas. Estas obras publicadas en su disco Composiciones para Guitarra son obras instrumentales en las que la autora experimenta con recursos tímbricos, acordes paralelos, rasgueos, ritmos y patrones característicos de la danza. En esta versión, el guitarrista nacional Mauricio Valdebenito interpreta quizás la más interpretada de todas, la Anticueca 5, caracterizada por el uso de arpegios, acordes paralelos, y disonancias.
De la lista anterior se puede desprender la gran variedad de influencias que los distintos creadores han recibido, y por ende la gran diversidad de estilos, algunos más cercanos a una tradición folclórica, y otros de concepción más académica. Por esta razón, es difícil encasillar con facilidad, ya que muchas de las obras anteriores utilizan elementos de ambos mundos, jugando con una ambivalencia que es justamente la fortaleza mayor de estas obras: la naturalidad para moverse de un lado a otro con tal de encontrar una complejidad y coherencia en el discurso musical que el autor ha elaborado.El Guillatún