Aeroflorale II se llama esta nave que ha cautivado desde el miércoles 15 de enero a los transeúntes de Santiago Centro. Con más de 30 especies distintas, los científicos franceses se dedican a explicar el funcionamiento de las energías vegetales en relación con la energía eléctrica. Se podrá apreciar y aprender de esta exposición hasta el domingo 19 de enero, fecha en que termina el Festival Santiago a Mil.
La Plaza de la Constitución fue el espacio que los franceses eligieron para asentarse a explicar sus investigaciones científicas en torno a las energías de las plantas. Cada especie vegetal tiene una forma distinta de absorber y liberar elementos vitales mediante la fotosíntesis, y estos científicos se dedican a experimentar con sus energías para convertirlas en electricidad y generar una nueva forma de sustentar necesidades en pos de cuidar el medio ambiente.
Quince metros de alto tiene la nave que alberga a más de 30 especies verdes provenientes de distintas partes del planeta. Cuentan los franceses que las diferencias entre las plantas que necesitan más o menos agua para llevar a cabo el ciclo vital, son importantes a la hora de utilizarlas en sus experimentos. Por ejemplo, los cactus tienen una menor energía que los papiros pues al necesitar menos agua para crecer, absorben y guardan menos nutrientes en sus raíces. Justamente desde ellas se extrae la energía «sobrante» de la planta para poder usarla en experimentos de movimiento eléctrico.
Todos estos detalles se pueden aprender de los franceses que están junto a la enorme nave situada a los pies de la entrada del Palacio de La Moneda. Ellos están dispuestos a explicar sus procesos químicos y sentimentales que comparten con las plantas.
La exposición no está exenta de teatralidad. Vestidos como la tripulación de una nave, se acercan al público que los escucha atentamente en la explicación de sus experimentos y les hacen preguntas sobre cada uno de los que están montados en la plaza. En un momento se junta toda la tripulación, y al mando del comandante, se comunican con una planta a través del uso de medidores de energías para ver «cómo está llevando sus energías y cómo puede canalizarlas de buena manera», cuenta Bertrand Bidet, el segundo hombre a cargo de la nave.
«Lamentablemente la planta a la que intentaron ayudar en esa instancia terminó por decaer hasta la muerte. Todos los tripulantes, en una desesperación colectiva intentaron revivirla con música clásica en vivo (a cargo de la misma producción francesa), la regaron, le hablaron y la acariciaron. Nada. Con la tristeza de perder a un amigo, se pusieron el pequeño macetero en el hombro, hicieron una fila y caminaron juntos al son de la música, hacia el lecho de muerte de la planta. Una torre de tierra de hoja se rodeó de casi 70 espectadores para despedir a la fallecida planta junto a los científicos.
Todo gira en torno a la belleza, delicadeza y variedad de vida verde que La Expedición Vegetal ha ido conociendo alrededor del mundo con la Aeroflorale II. Ha aterrizado en lugares como Bruselas, Torino, Hamburgo y Nantes; y en enero de este año llegó a Santiago de Chile para exponer hasta el domingo las virtudes energéticas de las plantas.El Guillatún