El BANCH abre su Temporada 2013 con novedoso estreno de obra «Lo Impermanente»

El Ballet Nacional Chileno inicia su Temporada 2013 que estará caracterizada por mostrar el trabajo de cuatro destacados coreógrafos de nivel internacional, comenzando con el chileno José Vidal y su original propuesta especialmente creada para la compañía.

José Vidal considera un honor haber sido invitado a abrir la Temporada 2013 del Ballet Nacional Chileno, BANCH, con un estreno mundial. Se trata de la obra «Lo Impermanente» que estará en cartelera los días 18, 19, 20, 25, 26 y 27 de abril, además del 2, 3, y 4 de mayo, a las 20:00 horas, en el Teatro Universidad de Chile.

Coreógrafo de vasta y exitosa trayectoria en Chile y el extranjero, José Vidal es Master en Danza Contemporánea de la London Contemporary Dance School, The Place, de la Universidad de Kent.

Comenzó su primera colaboración con el BANCH en enero pasado. «Primero tuvimos un encuentro suave, relajado y muy placentero con los bailarines. Una preparación para lo que sería el posterior trabajo creativo y el montaje de la obra», comenta el coreógrafo, adelantando que «Lo impermanente» está basada en un tema que ha sido recurrente en su labor artística: la comunidad. «Quiero hacer que este grupo de 23 personas se convierta en un solo cuerpo y que dancen con su espíritu, no con su ego. Aquí el protagonista será el BANCH», enfatiza.

«Trato de que aparezcan los seres humanos y que entiendan que conforman una comunidad de personas, como las células y los planetas. Es una obra que estará todo el tiempo en movimiento. Les hablo mucho del agua y del viento, de lo que está ocurriendo cerca suyo, de cómo dejarse permear, de no permanecer rígidos con lo que está pasando alrededor», agrega.

«Lo impermanente», dice, es «una metáfora de los cambios que está viviendo esta comunidad de artistas. Así es como quise trabajar con todos ellos, como una manera de dar un impulso de energía para despertar a una nueva etapa, y que permita enfrentar los desafíos por venir».

José Vidal explica que el montaje coreográfico se trabajó desde las biografías de los bailarines, creando mapas que representan hitos de sus vidas, que se transforman en un caos inasible, en el que un segundo o un instante tiene el mismo valor e importancia que el total de la obra. «La idea es invitarles a la contemplación, hacer de ésta una experiencia meditativa tanto para los bailarines como para la audiencia. Espero que puedan entregarse enteros a la experiencia y viajar con ellos por algunos de los distintos ritmos del Universo», argumenta el coreógrafo.

Ambientación, música, vestuario e iluminación complementan y refuerzan la idea de la obra. «He regulado los tiempos y visualizado el material artístico para representar lo efímero, donde los momentos pasan fugases y que hay que vivirlos a concho cuando están ahí».

Asimismo se utilizará una ambientación especialmente creada a través de software para expresar el concepto de comunidad. A cargo del artista audiovisual Oscar Llauquén, este trabajo reflejará la idea de cuerpos conectados o elementos de un gran cuerpo, representados tridimensionalmente porque la obra rota en 360 grados en un momento.

La iluminación de Catalina Devia, quien también diseñó el vestuario, estará enfocada en este objetivo. Por medio de black out, fade in, fade out, se dará un efecto de volatilidad a las imágenes. La música original para la obra ha sido compuesta por María Angélica Vial, quien se basó en Mantras intervenidos electrónicamente.