8 y 9 de noviembre – Teatro Universidad de Chile
Con la participación del Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, solistas y la dirección del norteamericano Víctor Yampolsky.
El director norteamericano Víctor Yampolsky vuelve al podio de la Orquesta Sinfónica de Chile para dirigir el estreno del oratorio «El Sueño de Geronte» de Edward Elgar, inspirado en un poema del Cardenal John Henry Newman que refleja la visión católico-romana de la muerte y la inmortalidad del alma. En la interpretación de esta obra que representa el punto más alto del autor británico como compositor dramático, participa el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile y los solistas Claudia Godoy (mezzosoprano), Luis Olivares (tenor) y Arturo Jiménez (Barítono). Estará en cartelera los días viernes 8 y sábado 9 de noviembre, a las 19:40 horas, en el Teatro Universidad de Chile.
«Si alguna obra mía es digna de no olvidarse, ésta es» decía sobre «El Sueño de Geronte», Edward Elgar. Su percepción era acertada ya que este oratorio es considerado como la obra maestra del compositor británico, uno de los principales autores de la última etapa del movimiento romántico en Europa.
Elgar compuso el oratorio «El Sueño de Geronte» entre 1889 y 1900, siguiendo las pautas que definen a este género como pieza musical. Esto es que, a partir de un texto normalmente basado en historias de santos o en episodios bíblicos, se utilizan elementos dramáticos, narrativos y contemplativos con motivos didácticos que lleven al espectador a la reflexión.
Un poema del cardenal inglés John Henry Newman, una de las figuras más relevantes de la doctrina católica del último tercio del siglo XIX, fue elegido por Edward Elgar para su obra «El Sueño de Geronte». En el texto, el religioso plantea su particular mirada sobre la inmortalidad del alma, en tanto Elgar quiso expresar con su música la justificación, adecuación y difícil equilibrio de su fe católica.
Geronte representa a un ser humano común y corriente, agobiado por las dudas en su lecho de muerte. Un ángel se le acerca durante sus últimos momentos y le revela algunos detalles de la otra vida, incluyendo un vistazo al infierno y culminando con la contemplación gloriosa de Dios. Geronte finalmente logra una transición plácida a la otra vida. La pieza de Elgar destaca por su rico colorido orquestal, la fuerza dramática de los coros, las líneas vocales expresivas de los tres solistas y la luminosidad de la escritura.