15 y 16 de marzo – Teatro Universidad de Chile
La talentosa directora de orquesta, quien tiene una Maestría en Dirección de la Escuela Real de Dinamarca y es titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Ecuador, debuta en Chile con un programa que define como «un viaje a Andalucía».
Pasión y profesionalismo son las principales cualidades que han convertido a Nathalie Marín en una de las más destacadas directoras de orquesta del momento. Después de dirigir con éxito en Estados Unidos, Francia, Italia, Canadá, Dinamarca, Hungría, Austria, Cuba, Albania y China ha encaminado sus pasos hacia América Latina. Desde diciembre de 2001 se desempeña como Directora Titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Ecuador. En Chile debutará en el Concierto de Apertura de la Temporada 2013 de la principal agrupación sinfónica del país que será ofrecido los días viernes 15 y sábado 16 de marzo, a las 19:40 horas, en el Teatro Universidad de Chile.
Nathalie Marin fue invitada por el Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile para tomar la batuta de la OSCH en el Concierto de Apertura de la Temporada 2013 que, al igual que el año pasado, estará dedicado al Día Internacional de la Mujer. Ella tiene grandes expectativas para este encuentro: «Dirigir una orquesta por primera vez siempre produce emoción. Compartir la pasión de un concierto con los músicos y con el público es una experiencia muy particular. Además, así como la música es el reflejo del alma, una orquesta es un poco un reflejo de la sociedad».
Las obras del concierto también la motivan especialmente. El programa -que ella define como un viaje por Andalucía- comienza con Evocación y El Puerto, partes de la obra Iberia de Isaac Albéniz para seguir con Iberia de Claude Debussy y cerrar con las suites 1 y 2 de El Sombrero de tres picos de Manuel de Falla. «Es un repertorio que me encanta y me interpreta totalmente. Aunque yo no lo elegí parece hecho a mi medida porque representa el periodo de la música que más me interesa. Es difícil, pero me encantan los desafíos», manifiesta.
«Manuel de Falla y Claude Debussy son símbolos de la música española. Debussy, siendo francés, estaba fascinado por Andalucía. Durante toda su vida sintió atracción y pasión por España. Dicen muy frecuentemente que describió España como nadie. Una sus genialidades fue la de apropiarse de la estética española, pero agregándole su propio estilo francés con las armonías y los colores orquestales», argumenta.
Agrega que se trata de música descriptiva y a la vez sugestiva gracias a los ritmos muy típicos del flamenco como en Iberia de Debussy o a la historia que envuelve el ballet El Sombrero de tres picos. «Asociar las Iberia de Debussy y Albéniz es una propuesta muy original. Creo que este repertorio es como un magnífico paseo por España, un viaje musical y cultural para el público».