Desde el 11 de septiembre, la Galería de Arte del Centro de Extensión UC se llenará de vistosos trajes de montajes realizados en la Ópera UC, el Teatro Municipal de Santiago y otros escenarios del país. La muestra La ópera vestida incluirá 16 trajes de 8 óperas distintas, entre ellas Madame Butterfly, La flauta mágica y Las bodas de Fígaro.
Cada uno de los modelos exhibidos rinde tributo a los personajes que dejaron huella en el imaginario social, y se mezclan con la fantasía del espectador, sus estereotipos y su anhelo de vivir una experiencia estética.
«Cuando se ha apagado el eco del último aplauso de una función de ópera, todo lo ocurrido se vuelve destellos de la memoria. Nada de lo que se produjo en esas horas mágicas perdura en la realidad concreta. De ese misterioso baile que danzaron la música, el teatro y las artes visuales, queda solo la ausencia. Nada queda para guardar de los preciosos momentos vividos en una función de ópera. Salvo el traje», comenta la diseñadora de la muestra, Miryam Singer. El vestido es una marca indeleble dejada por el grupo humano que lo usa. Puede representar la imagen que de sí misma tiene la sociedad, al tiempo que significa una realidad deseada y sobre ambas cuestiones, la ópera como género artístico ha tenido mucho que decir en los últimos 400 años.
Miryam Singer comenzó a dirigir ópera en el año 1995. «En aquella oportunidad dirigí, diseñé, produje y canté la ópera de W.A. Mozart Così fan tutte, en el Teatro Municipal de Santiago». Desde entonces, ha estado ligada a unas 25 producciones que congregaron a centenares de artistas, cantantes, instrumentistas y técnicos especialistas en las disciplinas que convoca este género. «El traje de la ópera es el único vestigio concreto y asible de la inmensa energía que se pone en acción en una función de ópera, lo único con la vocación y capacidad de transmitir por sí mismo un mensaje acerca de esa realidad imaginaria que ocurrió en los sueños de todos quienes participaron de él», señala la profesora Singer.
Cada traje de esta muestra representa el sello más visible del concepto que el régisseur quiera darle a la obra, siendo uno de los aspectos más atractivos e iluminadores de los que conforman este arte. En efecto, se presta para revelar, disfrazar o enmascarar el mensaje artístico. En este sentido, la aptitud lúdica del vestuario de ópera le proporciona propiedades muy efectivas para educar en forma entretenida. «El traje des-cubre. Revela claves para el entendimiento de los paradigmas culturales imperantes en la sociedad representada sobre el escenario. Posee la aptitud para representar la imagen que tiene la sociedad de sí misma, al tiempo que tiene el potencial de significar una realidad deseada», profundiza Miryam Singer.
La ópera vestida es una oportunidad para aproximar nuevas audiencias al universo de este género —poniendo a disposición del público fichas didácticas de cada uno de los montajes exhibidos— y, también, para que aquellos espectadores habituados a ella puedan profundizar en aspectos artísticos, estilísticos y técnicos.
La exposición incluye, además, proyecciones de las puestas en escena de dos óperas: La Flauta Mágica y El Rapto en el Serallo, hologramas en 3D de los personajes más importantes de las diferentes obras exhibidas, y extractos de algunas piezas musicales para ver y escuchar.
Podrán visitar la muestra La ópera vestida en la Galería de Arte del Centro de Extensión de la Universidad Católica (Alameda 390) del 11 de septiembre al 25 de octubre, de lunes a sábado, de 10 a 20 hrs. Entrada liberada.