Javiera Osorio y Jorge Becker protagonizan versión joven de «MacBeth»

Ropa reciclada y rock ponen la nota diferente en la propuesta de Javier Ibarra para la más cruel de las tragedias shakesperianas, que se estrena el 31 de julio en el galpón Mil M2.

Traición y ambición desmedida marcan la relación de Lord y Lady MacBeth, crueles asesinos a la hora de despejar el camino al trono. En la versión del director Javier Ibarra, que se estrena el 31 de julio en el Galpón Mil M2, la pareja está unida por un amor enfermizo que los lleva a unirse en una desesperada ansia de poder.

El texto, escrito por William Shakespeare aproximadamente en 1606, está libremente basado en la vida de Macbeth, que fuera rey de los escoceses entre 1040 y 1057. La fuente principal del autor fueron las Crónicas de Raphael Holinshed, obra de la que extrajo también los argumentos de sus obras históricas.

Ibarra, de 29 años y que el año pasado estrenó «Ricardo III», puso sus ojos en ella porque piensa que está muy vigente: «Creo que el sistema político o la clase política en Chile y el mundo está muy viciada por el poder. Y lo mismo veo a nivel micro, en instituciones, en los trabajos, el ansia de poder, la ambición, que ciegan al ser humano».

El director agrega que ha sido muy difícil comprender la obra. «Uno como joven comete muchos errores porque trata de darle una lectura que se escapa de la formalidad del texto. Luego de mucho ensayo error tenemos claro que Shakespeare escribió un gran texto y hay que hacerle caso, porque ahí está la genialidad», precisa.

En los ensayos la compañía decidió enfatizar la relación de amor entre Lord y Lady MacBeth. Como explica Jorge Becker: «Ellos están enamorados, se aman tormentosamente. También está el hecho de que no tienen hijos, la infertilidad es un tema en la obra, se menciona. Entonces el ansia de poder es un punto de encuentro para conectarse, para estar juntos en algo».

En escena, junto con Javiera Osorio y Jorge Becker están Nicolás Pavez, Soledad Cruz, José Ignacio de Vries, Pablo Manzi y Luis Alonso. Ellos dan vida a una propuesta que se nutre del vacío y las paredes de cemento del galpón Mil M2, con un importante universo sonoro a cargo de Juan Carlos Valenzuela, que además de los ruidos de espadas, puertas y búhos, incluye composiciones rockeras, oscuras y de aire nostálgico.

El vestuario es reciclado, formado por superposiciones de prendas, de estilo atemporal. También hay bastante sangre y un tono pesadillesco generalizado que envolverán al público, que se ubicará en los 4 costados del galpón donde se presentará.