Segundo festival de jazz de Thelonious. Parte 2
Hace unos días hablábamos de los conjuntos liderados por Franz Mesko y Glenn Zaleski, los cuales se presentaron en el Segundo Festival Internacional de Jazz del club Thelonious, Lugar de Jazz. Esta vez fue el turno de Karen Rodenas y su Electroland y del cuarteto del baterista Félix Lecaros. A continuación una reseña de las actuaciones que realizaron el pasado jueves 13 de agosto.
La propuesta de la cantante Karen Rodenas es una reinterpretación del repertorio jazzístico. Tomando algunos temas estándar y filtrándolos por la fusión eléctrica, logra reinventar su sonido. Gran parte de esto es gracias a los sutiles arreglos del guitarrista Sebastián Prado, los cuales mediante diversos recursos mantienen con gran destreza el interés en la audición. Ejemplos notables de ello fueron arreglos como el del clásico Caravan, resaltando el exotismo de su melodía, y el de ’Round Midnight, con un sustento rítmico bastante abstracto. A propósito de ritmo, Milton Russel (bajo eléctrico) y Juan Pablo Jaramillo (batería) mantienen un vigor en la interpretación que se siente constantemente, grooveando con clase. A ello se su suma el teclado de Raimundo Barría, complementando a Prado en términos de solos y completando el sonido propio de la banda. Es en resumen una presentación de jazz fusión tan bien pensada como ejecutada, y realizada alrededor de una voz de calidad como la de Rodenas, haciéndola mucho más accesible al público en general.
Al igual que en la velada Mesko/Zaleski, el segundo grupo de la noche presentó un contraste notorio respecto del primero. Félix Lecaros (batería), Nicolás Vera (guitarra), Sebastián Jordán (trompeta) y Edward Perez (contrabajo) mostraron básicamente una jam session a nivel profesional. Dos cosas resaltaron particularmente. La primera es el nivel de atención que Lecaros exige a sus colegas. Agrupaciones de ritmos poco usuales están a la orden del día, y los demás instrumentistas deben mantener la concentración en todo momento para no equivocarse, de la misma manera en que se le pide concentración a un baterista cuando otro músico está improvisando. La segunda cosa que destacó del cuarteto fue el sonido exquisito del contrabajista norteamericano Edward Perez. Su instrumento sonaba como sin esfuerzo, con una agilidad que va más allá de la mera velocidad. En un blues tocó un solo verdaderamente fenomenal, con melodías llenas de sentido, que es lo más hermoso de una improvisación y en definitiva lo más difícil. Además conservaba una calidad de sonido contrabajístico como sacado de la madera. Es difícil de describir en palabras, pero es un sonido muy nítido y cálido. Estos detalles esenciales le permiten a Perez atrapar la atención del público de manera sostenida durante sus intervenciones.
Siguen los conciertos en Thelonious, Lugar de Jazz. Prácticamente todas las fechas tienen grupos interesantes para ir a ver, entre los cuales hay dos de mis favoritos personales: el Ensamble Quintessence el día jueves 27 y Martin Joseph Pacific Ensemble el día sábado 29. Hay bastante de donde elegir y seguramente alguno de esos conjuntos le va a gustar.El Guillatún