La educación vista a través del Club de la Comedia
En estas vacaciones de invierno el show televisivo «El club de la comedia» junto a Fábula traen a las salas de cine la cinta cómica Barrio Universitario. Esta película es dirigida por Esteban Vidal, escrita por Pedro Ruminot y protagonizada por las figuras de El Club: Fabrizio Copano, Pedro Ruminot, Rodrigo Salinas y Sergio Freire. Además cuenta con la participación de los destacados actores nacionales Marcial Tagle, Antonia Zegers y Luis Dubó.
La historia comienza en el primer día del semestre universitario de un grupo de amigos, quienes son año tras año mechoneados por un conjunto de matones estancados en la universidad. Este punto de partida va dirigiendo los temas hacia la desigualdad en la educación, ejemplificado en la rivalidad entre una universidad destacada y un instituto de escasos recursos a donde pertenecen los protagonistas. A lo anterior se suman diversos problemas tales como dilemas amorosos, la autoconfianza y la desigualdad ampliada a todos los ámbitos que componen la vida diaria del grupo de estudiantes. La escapatoria a la miseria en la que están hundidos se presenta con el concurso «Un robot para Chile», oportunidad que los llevará a ampliar su visión de la vida.
A partir de esta trama se pueden generar varias opiniones sobre la realización de este largometraje nacional. Con respecto al guión, la historia, a pesar de contar con varios momentos dramáticos que podrían generar un cambio en la motivación de los personajes, se queda en una representación más generalizada y lineal, que no evoluciona a un cambio radical en la actitud, resultando ser al final un cambio psicológico que no va de la mano con las acciones que se suceden. Esto deja a los personajes en el mismo estado de decadencia que al principio de la película, a pesar de algunos detalles.
El fondo que se desarrolla en la cinta es interesante. Abordar los temas actuales como lo es la desigualdad en la educación es lo que atrae sobre Barrio Universitario. A esto se agrega la expectativa que el humor del Club de la Comedia puede generar en torno a este conflicto, pero lo que ocurre al final es que el tono que se utiliza en la película es tan literal que queda en la superficie. No se desarrolla en profundidad un humor negro que ayude a ensalzar la crítica social que hay en la trama. A pesar de esta deuda, hay momentos en los cuales los sketches que tanto caracterizan a este programa televisivo y sus figuras, generan momentos divertidos que sacan varias cuotas de risa.
Por otro lado, la estética de la película va de la mano con el concepto del relato. Las locaciones, la vestimenta, entre otras, perfilan el estilo de vida que llevan los personajes. Esto se contrasta constantemente en el desarrollo de la cinta, explotando la condición de pobre y rico. Aunque este recurso es bueno, a veces se torna un poco cansador el hecho de que el estereotipo sea tan marcado y la búsqueda por mostrar mundos distintos quede solo bajo este punto de vista tan generalizado.
Con respecto a las actuaciones no hay mucho que decir. Copano y compañía interpretan sus papeles de igual forma a como se ven en la televisión. A veces el hecho de que el primero lleva la actitud de serio y el resto de broma deja los diálogos sólo en mofa, lo que disminuye la credibilidad en la historia. El resto del elenco no tiene mayor preponderancia a excepción de Marcial Tagle, quien tiene un rol más constante en el progreso del conflicto, en donde se desenvuelve de manera consistente al papel que le toca interpretar. La aparición momentánea de Iván Arenas, Felipe Avello, Fernando Farías y Fernando Alarcón, suman al humor con que se trabaja en esta película quedando como aportes caricaturescos a la trama principal.
En fin, una película con malos y buenos momentos, que traen a ratos sorpresas que despiertan el interés por el contenido que se va mostrando. Ideal para aquellos fanáticos del humor del Club de la Comedia y para un rato de distención.El Guillatún