Las malas intenciones
Se dice que la percepción de los niños es mucho más profunda y distante de aquella mirada que los adultos pueden tener de un evento en particular. Este modo de ver las cosas se ve plasmado en la película peruana Las malas intenciones de la directora y guionista Rosario García-Montero.
La trama principal gira en torno a una niña particular llamada Cayetana de los Heros, quien pasa por una crisis emocional a causa de padres ausentes. Este dilema de lo visible e invisible que es para los demás, la harán refugiarse en los padres de la patria peruana, ejemplos de vida que le ayudarán a juzgar el heroísmo en un Perú de los años 80, conmocionado por guerrillas internas que ha traído consigo la guerra fría latinoamericana. Esta ficción nos introducirá dentro de una época conmocionada, con diferentes modos de ver la realidad dentro de un país dividido y segmentado por las diferencias socio-políticas.
El film desde un comienzo plantea la situación de una niña de la cual no tenemos idea ni de sus dolores ni sus alegrías, pero que su rostro y voz marcan una carencia instantánea en torno a sus pocos años. Esta soledad que la carcome se acrecienta al entender el motivo, la ausencia de su madre y la futura llegada de un hermano.
La trama va desarrollándose alrededor de esta carencia todo el tiempo, mostrándola desde distintos puntos de vista. Primero el entorno más íntimo y familiar, para luego pasar a un entorno más macro que es la vida escolar repleta de valores conservadores contrastados con el ambiente social, el cual se encuentra en disputa entre lo establecido y aquella ola revolucionaria que encabeza el ejército maoísta Sendero Luminoso. Todo esto encausado a través del dispositivo de lo visible e invisible, que se traduce en cómo por un lado esta niña es invisible para sus padres para después ser invisible en el colegio. La jornada termina en el camino de vuelta a su casa, en donde se puede atisbar los problemas sociales a través de un vidrio que se torna casi como si fuera una pared indestructible que genera un distanciamiento, donde lo de afuera parece inexistente hasta que Cayetana abre la ventana y la realidad fluye momentáneamente.
Es interesante el traspaso de información que se va dando a medida que la cinta avanza. Por un lado el entendimiento sobre la condición emocional de Cayetana se va dilucidando a través del contacto con los otros y aún más con los héroes patrios como lo son José Olaya, Miguel Grau, Francisco Bolognesi, etc. Ella desea ser una heroína y morir como tal, porque así va a ser reconocida por el resto. Este conocimiento distorsionado de la historia hará a la protagonista actuar a través de este fin, que se verá reflejado en el deseo de morir cuando su hermano nazca. Y será ahí cuando tomará los dichos de Simón Bolívar «Dos soles no pueden brillar juntos en el mismo cielo» como la frase que representará su sentir en el resto de la película. Aun así es importante mencionar el hecho de que el film no es una trama histórica. La historia está subordinada a ser un instrumento que el imaginario de Cayetana utiliza para entender el mundo, lo que lleva los hechos histórico-sociales un paso más adelante de la comprensión distanciada de los libros y enciclopedias, dejando una mirada subjetiva que se moldea gracias a un imaginario infantil e inocente.
Otro punto a tratar es la actuación y la fotografía. En torno a la interpretación, el elenco escogido es un punto a favor. Cada uno de los personajes interpreta un rol definido y se complementa muy bien con las necesidades que la protagonista va reclamando. Lo único que sí molesta de vez en cuando es la reencarnación onírica de estos padres de la patria, que a veces resulta un tanto desordenada y abrupta, pero que al final se les da tan poco desarrollo visual que se transforma en algo breve y efímero. Por último, a pesar de ser un elenco desconocido en Chile, en general los papeles se desenvuelven con soltura, dejando una buena sensación y proyección en la audiencia.
La fotografía va de la mano con el resultado de la actuación. Los colores y texturas aluden a un tiempo pasado repleto de matices fríos y apagados que dan la sensación de estar fuera del mundo actual, en un tiempo más oscuro donde las luces del desarrollo económico estaban recién comenzando a prender.
En resumen, esta niña malentendida interpretada por la joven Fatima Buntinx es el resultado de una constante búsqueda del sentido de pertenencia que se concreta en todos los lugares y dimensiones de la vida, incluso de aquella que recién está empezando, dejando la intencionalidad de las acciones como algo inocente que puede transformarse en algo negativo, de un momento a otro.
Sin más palabras, queda abierta la invitación para disfrutar esta malintencionada película que lo conectará con la ingenuidad y clamor de un atractivo imaginario infantil.El Guillatún