Lo bonito de tropezar. Una década de cine mumblecore
Mumble puede traducirse del inglés como balbucear, significado que permite un acercamiento increíblemente preciso a la esencia del cine mumblecore. Celebrado en esta ocasión en el Cine UC con una muestra de la década más importante de producciones de este tipo, por medio de nueve películas entre 2005 y 2015 y desde diferentes puntos de vista se entrega un claro dibujo de los límites de esta corriente fílmica. A partir del 6 y hasta el 17 de abril se exhibirán algunas de las obras más importantes de los célebres exponentes de este arte: Andrew Bujalski, Noah Baumbach y los hermanos Duplass encabezan esta interesante y selecta lista de films.
Sin duda que la palabra balbuceo tiene una connotación negativa. Puede relacionarse con algo que se expresa de manera confusa, o bien, con un dubitativo interlocutor, carente de un discurso completo y coherente. Pero no hay nada de aquello en el mumblecore, muy por el contrario, la intención de este cine es evidenciar lo bueno que hay en el tropiezo. De alguna forma, los personajes son expuestos como héroes de su propia travesía, experimentando fórmulas, aprendiendo, y con más humor negro que elegancia, ensayando como vivir. Desde una perspectiva común, hay mucho que comparten todos estos films. Por un lado, el hecho de plantearse desde la lejanía de las grandes producciones del mainstream norteamericano es fundamental; no se estructuran como un masivo o de masas, y la mayoría de las veces se trabaja con un presupuesto muy limitado. Lo anterior se complementa con una propuesta visual honesta, locaciones sencillas, iluminación y sonidos simples, y en muchos casos, grandes bandas sonoras.
A pesar de aquellas características, es en guion y en materias interpretativas donde este cine alcanza mayor vitalidad y trascendencia. La naturalidad actoral e intensidad que se logra en muchos de los casos es donde reside su credibilidad: en general los actores son aficionados o bien principiantes en dichas faenas, y ese hecho es aprovechado como una ventaja importante, sumado a excelentes guiones y a una buena edición, el resultado es un cine fresco con el que el público puede inmediatamente identificarse y establecer una conexión.
Ahora, en cuanto a las particularidades, las entregas de Andrew Bujalski han sido calificadas como las primeras expresiones del cine mumblecore, Funny Ha Ha (2005) es la cinta más antigua y la que de algún modo inaugura el estilo con el relato de un grupo de jóvenes recién egresados de la universidad, que como todos, buscan un lugar, un trabajo y algo de estabilidad que parece bastante esquiva. Mutual Appreciation (2005) en blanco y negro se encarga de mostrar una realidad común en este estilo: las vidas de jóvenes que comparten departamentos. Por otro lado, Computer Chess (2013) desde la década de los 80’ muestra las complejidades y matices que tiene la conectividad moderna. Finalmente Results (2015) es la obra más reciente de la exhibición, y a pesar de alejarse un poco de los cánones anteriormente descritos, resulta un imprescindible para examinar las conexiones y repercusiones actuales que tiene. Por otro lado, los hermanos Jay y Mark Duplass se hacen presentes con Baghead (2008) y Cyrus (2010), ambas demuestran la versatilidad del género al adentrarse en el thriller o derechamente incursionar en el género del terror. Compartiendo las similitudes de estilo con el resto de los cineastas, se adentran en un ámbito quizá más experimental.
En Noah Baumbach es ciertamente donde reside la calidad de este ciclo. Frances Ha (2012) protagonizada por Greta Gerwig nominada a múltiples galardones, es una de las películas indispensables para el indie norteamericano contemporáneo: la historia de Frances a sus 27 años en un accidentado camino de aprietos y tropiezos profesionales, personales y económicos es una entrañable puesta en escena. Muy similar es el estilo de Kicking and Screaming (1995), que bien podría considerarse una precursora de lo que vendría en la cinematografía y guion del realizador, y finalmente The Squid and the Whale (2005) retrata la desilusión de dos hermanos en la década de los 80’ ante la separación de sus padres. La historia es diametralmente distinta pero los elementos están igualmente presentes. El gran mérito de Baumbach es la armoniosa y dinámica mezcla entre guion, cinematografía y edición, combinación presente en todos sus trabajos que lo hace merecedor de un lugar destacado en esta ocasión.
A pesar de ser un género —o subgénero— relativamente desconocido, las proyecciones del mumblecore están presentes en muchas producciones actuales tanto en cine como televisión. Muchos de los personajes, características y temáticas han sido abordadas de modos muy similares por algunos contemporáneos a los directores que protagonizan el ciclo, probablemente Tiny Furniture (2010) de Lena Dunham, o In Search of a Midnight Kiss (2012) de Alex Holdridge —entre muchas otras— hubiesen encajado en la muestra. En televisión la cercanía e influencia que tiene en la actualidad se puede evidenciar claramente en Girls (2012) de HBO, Portlandia (2011) y Love (2016) de Netflix, que exploran muchos de los supuestos antes mencionados, a pesar de incorporar formas y dinámicas nuevas.
Se trata de un ciclo muy recomendable para el público más escéptico hacia el cine norteamericano. No todo es acción y grandes presupuestos hollywoodenses en esas tierras, sino que hay algo en el cine independiente norteamericano —tanto en esta corriente como en aquellas relacionadas— que resulta sorprendentemente cercano, honesto e incluso transparente. ¿Será que todos hemos balbuceado de aquella forma? La respuesta es afirmativa, y es gracias a aquellos tropiezos que las fórmulas terminan por hacer sentido.El Guillatún