Los descubrimientos de Magallanes
Durante los últimos días de octubre el ilustrador, autor de libros para niños, diseñador, poeta y cartelista mexicano Alejandro Magallanes visitó Chile. Gracias al esfuerzo conjunto de PLOP! Galería, el Área de Diseño del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y la Cámara Chilena del Libro, participó en el festival de ilustración Festilus, realizó conferencias, dictó talleres, mostró sus trabajos, conversó con ilustradores, editores, diseñadores y estudiantes, con profesionales de larga trayectoria y aspirantes que recién comienzan. Todos ellos recibieron el afecto, el interés y los consejos entusiastas de un creador que hace tiempo descubrió que, por sobre todo, el arte sirve para conectar a las personas.
Esa actitud de brazos abiertos con el mundo se evidencia también en sus obras y en su amplia y variada bibliografía. En un proceso que se confía a las verdades del azar, que se deja sorprender por los hallazgos fortuitos y que cultiva el error como una forma de asomarse a nuevos caminos, Magallanes parece fluir con una naturalidad y espontaneidad que puede aterrar a quienes siguen creyendo en una monolítica idea de belleza.
Pero no hay que engañarse. Junto con su invitación a dejarse llevar por el trazo juguetón, las torsiones y distorsiones del lenguaje, un humor entre la ternura y el descalabro, y el explosivo encuentro de la palabra y la imagen, el autor mexicano maneja con puño de hierro la precisión de un diseño depurado, que hace uso con rigor milimétrico de la tipografía y se hace cargo del poder y alcance de los símbolos que emplea. En este vaivén entre caos y control, en este juego de reglas claramente establecidas, es que se encuentra gran parte de la fuerza de sus imágenes, y una de las grandes lecciones que dejó en su visita.
No es la única. Su metodología de trabajo responde a un discurso que no tiene nada de casual. Para Magallanes el arte, ya sea una ilustración, un afiche, un poema o una instalación, es ante todo el resultado de un proceso mental. Me atrevería a decir incluso que más allá del resultado, de aquel dibujo o verso que queda sobre el papel, lo que realmente le importa es la maquinaria que puede poner en funcionamiento una idea. Y esto es tan válido para quien ejecuta la obra como para quien la lee u observa, ya que será el espectador quien deberá completarla haciéndose a su vez cómplice y creador.
Así nos enfrentamos a una tercera lección, y quizá la más radical para el medio chileno: todos somos creadores y parte de las tareas de los artistas en reponer en la vida cotidiana ese espacio de posibilidades infinitas donde, lejos de las leyes de la eficiencia de mercado, se trata más de experimentar, dialogar, imaginar o reflexionar, que de fabricar productos de consumo.
Para la escena nacional de la ilustración, que camina con paso seguro hacia la consolidación pero aún se mantiene aferrada a las imposiciones de la forma y el estilo, la obra y palabras de Alejandro Magallanes son una invitación a la aventura, atreverse a navegar sin brújula para abrir nuevas rutas. ¿Quién se embarca?El Guillatún
PARA LEER, VER Y ESCUCHAR
- Sitio de Alejandro Magallanes.
- ¿Por qué se rompen las cosas si yo las trato tan bien? Exposición de originales de Alejandro Magallanes en PLOP! Galería (hasta el 10 de diciembre), donde también se pueden encontrar todos sus libros para niños y adultos.
- Seguir siendo, animación para un tema del grupo Café Tacuba.