No es una obra teatral, está todo centrado en la música
Delirio gaucho / Canciones del interior de Alejandra Radano y Fabián Luca
Delirio gaucho es un musical argentino dirigido por Fabián Luca, protagonizado por Alejandra Radano, con el acompañamiento guitarresco de Los primos Gabino y el apoyo del bailarín folclórico Ramón Salina. Llegó a Chile por primera vez al Teatro Municipal de Las Condes en el marco de FIBA (Festival Internacional de Buenos Aires) en Chile, organizado por la Fundación Teatro a Mil (FITAM) en octubre de 2013.
Es difícil el análisis de un espectáculo que mediáticamente es enmarcado dentro de los parámetros teatrales, pero que, a mi modo de ver, es un recital recreativo, con cercanía al musical o a un concierto con puesta en escena, escenografía y una trama.
De esta misma manera menciona su protagonista, Alejandra Radano, en una entrevista a un medio argentino: «es una versión concierto, porque no hay un despliegue teatral, está todo centrado en la música y en las palabras». La base de Delirio Gaucho son las canciones, más allá de que se agreguen ribetes estéticos y teatrales.
A partir de esta idea podemos comentar de manera más fiel sin caer en desviaciones ni llevar hacia otro lugar el verdadero sentido del espectáculo.
Una docena de temas de diferentes corrientes, entre los que encontramos vals, chacareras, music hall, baladas y tango, son excelentemente interpretados por la actriz Alejandra Radano que se posiciona en el escenario como una diva digna de elogiar que logra insertar la comicidad dentro de su canto y hacer reír a un público seducido por la magia delirante de este espectáculo musical. Esa característica de delirio es la que permite las diferentes transformaciones surrealistas que se van sucediendo. Somos presas de un delirio de nuestro imaginario que permite ciertas cuestiones, como la mezcla de estilos musicales, que normalmente parecerían anormales, contraproducentes o inconexas. Asimismo, los continuos finales falsos se explican por la misma razón antes mencionada, al igual que el exagerado momento del saludo final de los intérpretes quienes realizan una serie de acciones que alargan el cierre delirantemente. Pareciera que estos artistas son adictos al aplauso.
El bailarín folclórico Ramón Salina da cuenta de sus aptitudes, complementándose íntegramente. Logra romper la monotonía que se genera en las transiciones de un tema a otro, apoya el ritmo escénico y le da más profundidad a una trama poco desarrollada hasta antes de su aparición.
El trío guitarresco es un muy buen aporte, que está en constante diálogo con Radano dando momentos de maravillosa musicalidad.
Delirio Gaucho es una interesante propuesta, un alago al oído y a la vista, un espacio placentero para reírse y disfrutar. Es un delirante musical, que dejará al espectador alucinado.El Guillatún