Una fibra de algodón que para algunos es nada y para otros es todo
Escrita por el dramaturgo alemán Philip Löhle, La cosa es una obra de teatro que aborda las relaciones humanas desde la premisa de que la globalización nos mantiene a todos íntimamente conectados y la casualidad ya no existe. La trama presenta cinco historias que se van uniendo de a poco para conformar un todo; al igual que una pieza de algodón, se une con otras para conformar un producto final. Es ésta la analogía utilizada por el autor y que la Compañía La Puerta pone en escena con cinco actores bajo la dirección de Luis Ureta.
Todo comienza con el diálogo entre el Rey de Portugal, Manuel I, y el navegante portugués Hernando de Magallanes, quien trata de convencer al gobernante de que le permita explorar una nueva ruta hacia las Islas Molucas, petición que será rechazada y le significará abandonar Portugal y perder su trabajo. Posteriormente, aunque esto no se muestra en la obra, Magallanes logra asociarse a la corona española y en su nombre descubre el Estrecho de Magallanes, una vía marítima que le permite a España acceder a las Islas Molucas por Occidente para comercializar diferentes especias, entre ellas el algodón.
Posteriormente, transcurren distintos acontecimientos que se entrelazan entre si: el africano Siwa es convencido de cultivar algodón con métodos sustentables, dos chinos celebran el éxito de su recién fundada empresa, el encuentro casual y posterior matrimonio de Katrin y Thomas y la emergente carrera de un joven futbolista. Y la cosa observa el accionar de los seres humanos. La cosa está ahí, dando vueltas en el mundo. La cosa se asombra, se une a otras cosas y en fin la cosa es una cosa que se va hilando para formar otra cosa… La cosa… una pieza de algodón.
La dirección del montaje lo convierte en un espectáculo dinámico, de recursos muy contemporáneos y de compleja actuación. Por momentos se vuelve denso y de difícil comprensión para el público, pero se logran interesantes quiebres que retoman la atención. La comicidad es favorable, se trata de muy buena manera. El desafío actoral es enorme, debido al estilo utilizado, que requiere precisión en ciertos movimientos, interpretación de varios personajes, cambios enérgicos y fuertes y un dominio escénico/rítmico importante. Claramente no se logra en su totalidad y es el punto bajo de la obra, donde el espectador nunca llega a una complicidad y las actuaciones, a pesar de estar bien trabajadas, no convencen, a excepción de la gran labor de Roxana Naranjo, que una vez más deslumbra en el escenario. Clara, segura y verdadera. A ratos se suma a ese nivel Sergio Piña, con gran desplante y capacidad interpretativa. La música, tanto en vivo como envasada, se integra de buena forma a la propuesta y las proyecciones audiovisuales comienzan siendo un atractivo recurso que potencia lo dramático, pero pareciera perder sentido y ser irrelevante para el desarrollo.
La puesta en escena se entiende como un trabajo experimental y contemporáneo que busca un lenguaje original e innovador. La profundidad del tema tratado hace reflexionar sobre la globalización y hasta qué punto puede llegar esta «interdependencia». Nos hace cuestionarnos si estamos dispuestos a seguir con esta vinculación cada vez más involuntaria e impersonal.El Guillatún
La cosa se presenta del 2 al 18 de agosto, de jueves a domingo a las 20:30 hrs en Matucana 100. Los valores de las entradas son $5.000 general, $3.000 estudiantes y tercera edad y $2.000 jueves populares.