En el día de la danza el sindicato quiere remecer consciencias
SINATTAD está este año a cargo de las celebraciones del día internacional de la danza y lo quiere hacer con un mensaje de unidad que congregue a los trabajadores de la danza para lograr cambios en un contexto en el que la institucionalidad pública en el ámbito de la cultura está en movimiento.
Hablar de sindicatos en Chile tiene un tinte difuso. La dictadura hizo del sindicalismo un tema vedado y la democracia no lo ha recuperado, y muchos terminamos viendo los sindicatos como parte de un movimiento obrero que ya fue.
Sin embargo, desde el año 1990 que un grupo de trabajadores de la danza ha dado existencia a SINATTAD, un sindicato en propiedad, cuya labor debería ser más conocida y reconocida (el primer resultado de la búsqueda Google para las palabras «sindicato» + «danza» fue para un grupo de reggae).
Y más ahora que hace pocos meses se reactivó la labor de esta entidad, luego de que se celebrasen elecciones (son 52 los afiliados), quedando una directiva conformada por Teresa Alcaíno (presidenta), Valentina Pavez (secretaria) y Anabella Roldán (tesorera).
A pesar de que en la actual directiva se repiten nombres hay un punto de inflexión, pues existen nuevos grupos de apoyo de distintas generaciones dispuestos a aprender cómo se hace el trabajo, y que están entregando una nueva energía a las propuestas. En eso destacan profesionales jóvenes como Verónica Toro, Alena Arce, Francisco López y Francisco Bagnara (Espacio Arte Nimiku), Gayle Li Maxwell o Pablo Zamorano, entre otros.
El propósito de esta nueva directiva es llevar la labor del sindicato a un punto más visible y engrosar sus filas, para hacerlo más representativo. El estado de ánimo está intacto, pero el desafío es grande, pues los años anteriores muestran que no es fácil dar vida a un sindicato de arte en Chile.
POR QUÉ UN SINDICATO
Un sindicato es una asociación integrada por trabajadores en defensa y promoción de sus intereses laborales. Existen los sindicatos de ramo que agrupan a los trabajadores conforme a la actividad de la empresa en la cual se desempeñan y los sindicatos de oficios, que agrupan a quienes se desempeñan en cierto oficio con independencia de la actividad de la empresa en la cual trabajan. Es en esta última categoría en donde está inmerso el sindicato de danza, así como el sindicato de actores, Sidarte.
En los 90 se creó SINATTAD (Sindicato Nacional de Trabajadores Independientes Artistas de la Danza) pues el código del trabajo reconocía una variante en que cabía el trabajo de los artistas: un acápite en donde cabían todos los trabajadores transitorios, como embarcados o temporeros, quienes compartían diversos empleadores, pero con un oficio común. «De hecho la sigla todavía tiene la doble “te” de “t”rabajadores “t”ransitorios, que éramos a la altura de nuestra primera designación», explica Anabella Roldán, cuando contó de la formación de la primera directiva, de la cual fue presidenta.
«Nosotros hicimos un sindicato nacional. No nos quedaba confortable no saber qué pasaba en las regiones, por lo que buscamos hacer un vínculo con ellas. Fue difícil, pues en esos años no había ni base de datos para saber cuántos trabajadores de la danza éramos», recuerda Roldán.
En el afán de, primero, contarse y así saber qué peso podían llegar a tener, la primera directiva organizó festivales nacionales de danza independiente. Esto fue entre los años 1991 y 1995, y fue una iniciativa exitosa, pues permitió tener órdenes de magnitud respecto de los trabajadores de la danza, además de estrechar vínculos, incluso a nivel internacional. Sin embargo, el año 1996 el festival dejó de contar con el apoyo del FONDART, y no se realizó ni ese año, ni los siguientes hasta 2003, en que se reeditó de manera única en Concepción, trayendo la noticia de acuerdos alcanzados en materia de salud con los hospitales San José y del Cáncer.
Otro gran hito del sindicato fue la petición a la Inspección del Trabajo para fiscalizar los contratos de trabajo en academias, escuelas y universidades, además de canales de televisión en los 90’. «Se hizo la inspección, pero nadie quiso regularizar las situaciones anómalas. En más de alguna academia connotada los colegas firmaron cartas diciendo que ellos no eran trabajadores de ahí, y que por entretención daban algunas clases a la semana, porque les gustaba la danza», recuerda Roldán sobre ese momento. El temor a perder el trabajo fue más fuerte que el ánimo de reivindicar los derechos y producir un cambio.
EL DÍA DE LA DANZA, NO HAY NADA QUE CELEBRAR
El ánimo hoy es otro, y probablemente el temor no será tan grande. Al menos esa es la postura de la directiva actual, que estudia reemprender iniciativas como la anterior.
Por lo pronto, este año el Área de Danza del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) solicitó a SINATTAD que se hiciera cargo de la conmemoración del día internacional de la danza. Algo que el sindicato va a hacer con entusiasmo, «aunque con mucho menos presupuesto que otras veces, por olvido en la cuenta anual», dice Roldán.
El sindicato decide tomar este desafío exigiendo total independencia en sus decisiones. De esta manera, tendremos una conmemoración con un tinte gremial. «Siempre va a haber la parte linda de la danza, la función y el despliegue escénico de nuestros talentosos creadores y bailarines, pero este año también vamos a sensibilizar», dice Roldán.
Los ejes de acción para el día de la danza serán La danza se auto-convoca: encuentro a nivel nacional al que concurrirá un representante de la danza por cada región del país, Jornada de capacitación, reflexión y escena: espacio destinado a dialogar con especialistas de temas laborales, contractuales, organizacionales y de salud pública y La danza develada: video testimonial con gente de la calle y con los propios artistas, que busca mostrar qué se sabe de danza, además de opiniones de creadores y profesores.
Como todos los años, se realizará una gala en el Teatro Municipal de Santiago, pero, este año, se buscará que los creadores muestren sus trabajos y expliquen sus procesos creativos. «Queremos que sea también un momento de reflexión, crítica y denuncia a través de la palabra», dice Roldán. La gala está enmarcada en el eje denominado: Radiografías de danza, el que propone realizar funciones en otras comunas de la Región Metropolitana, como La Granja, Recoleta, Talagante y Maipú.
Además, como ya es tradición, habrá un eje de Homenajes, con lo que se reconocerá el trabajo de destacados artistas de la danza. Esta vez el sindicato consiguió acompañar este gesto con una ayuda económica que se espera poder mantener en otras versiones de esta conmemoración, para así apoyar las trayectorias individuales o colectivas que sean distinguidas en el futuro.
Los artistas que serán homenajeados en la gala del 19 de abril en el Teatro Municipal de Santiago son: Vicky Larraín, creadora de la compañía del Teatro del Cuerpo y Mario Lorenzo Muñoz, bailarín y coreógrafo de la compañía de Danza Espiral. «Mario desde el trabajo silencioso, su creatividad y consecuencia y Vicky por su forma contestataria, su impronta creativa y su discurso rebelde», explica Valentina Pavez los por qué de estos artistas.
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Esperamos que esta conmemoración logre el objetivo de sensibilizar a nuestra comunidad de la danza para que nos sindicalicemos y aportemos a los nuevos desafíos históricos que se llevarán a cabo prontamente, que son:
1.- La formulación de la ley para el futuro Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio, el cual subsume al Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes (CNCA), a la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) y al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). «Si la danza no entiende que en ese contexto de cambio tenemos que trabajar mancomunadamente con las universidades, con la compañías oficiales, las compañías independientes, las escuelas, las academias, nos vamos a quedar fuera por 200 años más», dice Roldán.
2.- La reforma educacional: Hoy existen varias universidades que forman pedagogos en danza, pero la pedagogía en danza no existe en los currículos de las escuelas chilenas, o sea, no tienen campo laboral. Por lo tanto, con la reforma educacional en discusión, es el momento para defender y lograr que la danza entre a las aulas, y que sus pedagogos sean parte del Colegio de Profesores.
Fuertes desafíos que no deberían dejar indiferentes a los profesionales de la danza. «Es tan importante entender que esto lo tenemos que hacer con organicidad, que si no lo entendemos, corremos el riesgo de que conmemoremos el día de la danza bailando 24 o 58 horas seguidas, bailando en pelota o quemándonos a lo bonzo, sin que a nadie le llegue nuestro mensaje: las condiciones de trabajo en la danza tienen que cambiar», dice Roldán.El Guillatún