La gran música se tomará el Municipal

Obras de importantes compositores que representan de diferentes formas al clasicismo musical –Beethoven, Haydn y Mendelssohn– conformarán el repertorio del segundo concierto de la Temporada 2013 del Teatro Municipal de Santiago.

Luego de su exitoso desempeño en Carmina Burana, Konstantin Chudovsky dirigirá nuevamente a la Orquesta Filarmónica de Santiago.

Comienza con más de 50 músicos sobre el escenario y luego de 25 minutos de música, sólo quedan dos violines entonando la melodía con que Joseph Haydn terminó su Sinfonía n° 45. Por eso la conoce como la sinfonía «De los adioses»: el compositor austríaco la escribió como sutil protesta contra los Esterházy, sus mecenas, pues habían alargado la estadía de la orquesta en el campo, aplazando su merecido descanso. Con el tiempo, el abandono gradual de la escena de parte de los músicos ha quedado al arbitrio de cada director musical. Este 18 y 19 de marzo, la decisión recaerá en las expresivas manos del maestro Konstantin Chudovsky, en el segundo concierto de la Temporada 2013 del Teatro Municipal de Santiago.

Luego de su convincente y ovacionado debut como Director Titular de la Orquesta Filarmónica de Santiago con Carmina Burana, el joven director ruso comandará este segundo concierto que, además de la obra de Haydn compuesta en 1772, incluirá la Obertura Leonora n°3, Op. 72b (1805), de Ludwig van Beethoven. Por su gran dramatismo e ideas musicales, es la más grandiosa y conocida de las cuatro oberturas que el genio de Bonn escribió para su única ópera, Fidelio. Cerrará el programa la Sinfonía n°4 en la mayor, Op. 90, conocida como «Italiana» pues Felix Mendelssohn se inspiró, entre otras cosas, en una procesión religiosa y una tarantela que vio bailar en Nápoles y un saltarelo que conoció en un festival romano. Se estrenó en 1833, pero fue publicada después de su muerte; Mendelssohn nunca quiso hacerlo porque no quedó conforme con ella.

Se trata, entonces de un repertorio que conjuga la gran música del clasicismo con obras de un representante vienés, Joseph Haydn, que fue profesor de un clásico-romántico, Ludwig van Beethoven, a quienes se suma Felix Mendelssohn, quien fundó y dirigió el Conservatorio de Leipzig, donde encontró refugio en los moldes clásicos ante las tendencias radicales de su tiempo.